Se han abierto las puertas del averno del
sur y han salido todxs lxs monstruxs. El norte es el sur y el sur es el norte,
el orden geopolítico se transviste de cóndores, llamas y caribe para asistir por segunda ocasión a un bacanal
repleto de aullidos, fluidos y discusiones en torno a las representaciones
autónomas de las corporalidades no hegemónicas que se contraponen al autoritario
mete-y-saca proveniente de la industria del porno.
Nos decantamos por las manifestaciones
limítrofes, por aquellxs que serpentean y van bordeándolo todo, por el cruce y
entrecuce de cuerpos y saberes que susciten lugares de enunciación propios, que
estremezcan y calienten cada célula, transgrediendo las maneras usuales de
imaginar el culeo, la pichada, el desfogue.
En la versión anterior del Des-encuentro
Posporno una pregunta nos intrigaba, ¿El porno nos castró?, en esta
ocasión nos preguntamos sobre el sur, entendido como cualquier lugar en el
globo que haya sido colonizado por prototipos de cuerpos blancos y asépticos,
en los que toda postura y orgasmo es fingido.
Bajo Culeos del Sur espera dilatar las carnes, propiciando el
debate desde una perspectiva decolonial en la que se escuche el grito de
Bachué, se sienta el retumbar de las tamboras y se exciten las diferentes
maneras de concebir el placer.
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